miércoles, 31 de diciembre de 2008

COHETES DE FIN DE AÑO

¿Lo escuchas?. Otro petardo. Bueno, si vives en el centro pocos podrás escuchar. Es lo que tiene vivir en la periferia. Yo llevo haciéndolo casi toda mi vida. Aquí es más fácil tirar petardos. Es cierto, también es más fácil comprarlos. Además, quién es el guapo que tira un petardo o un cohete en el centro, tienes a los munipas allí en cinco minutos. Mira otro petardo. Ah no, este ha sido un cohete. Lo sé porque suenan menos. No son cohetes como los del Rocío, son de esos pequeños de muchas luces de colores y poco ruido. Sí hombre, como Carlitos y Zafra.
.
A mí de nunca me han gustado los petardos. Me daba miedo ver los dedos de mis amigos orgullosos de haber demostrado su valor gracias a un petardo con poca mecha. Y es que a uno la presión le ha podido desde siempre. Los petardos con poca mecha, para otros, que una explosión en plena carne duele. Joder!!! éste sí que ha sido fuerte. Aunque hay que entender a los niños, se lo tienen que pasar bien. Y a los niños les chiflan los petardos y los cohetes, y a algunos no tan niños..... Espera .....
.
No. Era la tele. He ido un momento a la salita. El informativo. Es que allí también suenan cohetes. Los cohetes kassan esos que lanzan los terroristas de Hamas, de forma indiscriminada contra la población israelí de la frontera con Gaza. No, no es que les caigan especialmente mal los israelíes de la frontera, es que no llegan más lejos. No, no son misiles, son cohetes pero pueden hacer daño y de hecho lo hacen. Algunos caen en tierra de nadie, pero los que consiguen acertar en una casa suelen hacer daño. Pero no os preocupeis, Israel ya ha sacado sus juguetitos del video juego para matar a unos cientos de palestinos y devolver así todo a la "normalidad", aunque, pensándolo bien, esto también es normal, ¿no?.
.
Bueno, dejemonos de "bombardeos rutinarios" y pasemos a lo verdaderamente importante. A lo que iba, si eres de los que celebras la salida y entrada del año con especial ilusión, quiero desearte que el año venidero te traiga salud y felicidad a reventar, para tí y para toda tu gente. Yo, como siempre, intentaré contagiarme de la felicidad con que algunos despiden el año y celebran la llegada del nuevo. Nunca lo he entendido. Como para mí, la primera uva y la última son iguales. Un agobio. Y es que, ya sabeis, uno no soporta muy bien la presión. Claro, cómo voy a celebrar el cambio de año si mi calendario es otro. No el chino no, yo soy más del Tijuana. Te lo puedes imaginar. Ya sabes fatiga que es uno. Porque para mí el contador siempre se pone a cero así, sin campanadas, sólo con el dulce tintineo de los Rosarios de mi Niña, mecida por mis chiquininos.


.

Lo dicho, 1BESO, y si nos vemos mañana o cualquiera de los 364 días siguientes, que sea en un Bar, pero no trabajando, o mejor sí, si quien trabaja eres tú, así me invitas.

martes, 23 de diciembre de 2008

CUENTO DE NAVIDAD

Las uñas casi clavadas en el volante. Los labios perdían la batalla y las palabras escupidas sin orden resonaron en el coche. La policía hacía su trabajo y volvía a desviarle. Un año más la Navidad iniciaba su asedio. Los atascos serían más atascos. Los centros comerciales se convertirían en angustiosos laberintos, donde, como en una pesadilla de media noche, nadie le dejaría pasar, todos se interpondrían en su salida, mientras el hilo musical le perseguía incesante.
.
Al fín llegó a casa. La ducha caliente y la casi cena le llevaron directo a la cama. Si no fuese por las vacaciones. Y es que la Navidad es un cuento, pensó. Mercantilismo puro al servicio de los grandes depredadores. Consumismo que devora a las familias que, por no poder, tienen teléfonos que sólo pueden recibir llamadas. Mañana sería 24 de diciembre. Nochebuena. Dos semanas más y todo habrá pasado.
.
Se levantó temprano según su particular reloj. La puntualidad británica jamás le acompañaría en la vida. Claro, siendo británica ..... Salió de casa para ver a unos amigos. Beberían, comerían y reirían aquel miercoles desde el mediodía. Aquel miercoles era Nochebuena. Todo no podía ser malo en Navidad.
.
Los camiones de reparto dominaban las calles. Ni un sólo aparcamiento. Decidió dejar el coche en doble fila para asomarse. No había nadie. Nadie había llegado aún. Que extraño. Si él siempre era el último en llegar. Llamó por teléfono y nadie contestaba. Preguntó a la camarera y nadie sabía nada.
.
Decidió tirar para Triana, estarían en el Bar Santa Ana pensó. Pero al llegar a la Calle Pureza todo era normal. Normalidad un día 24 en el Bar Santa Ana. Imposible, pensó.
.
De camino a casa pararía a comprar algo de comida. No tenía nada preparado. Aquella gran tienda estaba casi vacía y la banda sonora de Titanic había desplazado a los Villancicos. Al fín una tienda inteligente, masculló sonriendo.
.
Decidió ir pronto a casa, a la de verdad. Aquella noche, como todas las Nochebuenas cenaría en casa de Mamá con toda la Familia. Pero al llegar no había nadie. Ningún olor típico adornaba la escalera. Ningúna olla express siseaba orgullosa de su creación. Ningún horno trabajaba como en los días especiales. Ningún villancico sonaba por el barrio. Ningún niño huía del petardo recien puesto. Ninguna candelá rebosaba por bulerías. Nada de lo que estaba pasando era normal. Nada de aquello tenía gracia.
.
Asustado condujo hacia la Calle Feria, mecánicamente, como autómata que mil veces recorre el mismo camino. Decidió acceder al centro allá por donde la policía no restringe la entrada. Pero ..... No había policía en la Puerta Carmona. No había policía en la Puerta Osario. Con los ojos cerrados podría recorrer esa senda. Matahacas, Peñuelas, Bustos Tavera, San Marcos, Castellar, Churruca y ya estaría con su gente. Cuando llegó, nadie había en casa. En Vizcaíno, nadie. Pepe no había abierto ese día. Mario ya estaba cerrado. La plaza de los Carros y la Calle Feria lucían normal, sin un sólo adorno navideño. Dios qué estaba pasando.
.
Aquello parecía una pesadilla. El tiempo se movía como en el cine. Un abrir y cerrar de ojos le llevó hasta casi las doce de la noche. La Misa del Gallo. Ya está. Allí estarían todos. Al fín podría abrazar a su gente. El coro estaría a punto de entonar el Canto de Entrada. Corrió hasta San Gil. Pero cuando llegó. La puerta estaba cerrada. Nadie por Sagunto. Parras estaba desierta. Volvió a San Gil. Esta vez los golpes en la puerta serían más fuertes. Tienen que estar aquí. Tienen que abrirme.
.
Con uno de esos golpes volvió a la realidad. Todo había sido una pesadilla. Aún estaba a tiempo de ver a sus amigos, esa mañana de Nochebuena. Aquella Navidad le daría una segunda oportunidad. Al salir de casa se paró un instante. Volvió a su escritorio. Ese día, el hilo musical de su coche lo pondría el amigo Arcangelo, Corelli, con su "Concerto Grosso in sol minore fatto per la notte di natale".

viernes, 19 de diciembre de 2008

CAMPO DE REEDUCACIÓN

Que los dictadores siempre tienen buana intención es algo que todos sabemos. Que los dictadores se dejan la vida por su gente hay que reconocerlo. Que los dictadores han sido iluminados para marcar el camino hacia la grandeza de sus iguales es dogma de fe. Y si alguien no quiere o no acepta seguir el camino marcado, pues hay que reeducarle.
.
MAO Tse-tung se dio cuenta de ésto. Demasiados intelectuales había en aquella China revolucionaria. Demasiados altos cargos del partido con ideas "no ortodoxas". Demasiados osados capaces de pensar por sí mismos. Demasiadas personas con capacidad para discernir. Demasiadas personas viciadas y que había que REEDUCAR. Así fue cómo en la mente de este MAO Zedong se creó la necesidad de completar una GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL. Los cerebros vírgenes se podían programar desde el inicio. Pero con los cerebros mal programados había que reprogramarlos. Había que lavarlos, que limpiarlos, que vaciarlos, para desde el principio reeducar con la "verdad". Para eso se hacían necesarios los CAMPOS DE REEDUCACION.
.
Rara vez hablo de fútbol en este blog. Porque decir lo que se siente a veces puede ser ofensivo, y ya sabemos cómo suele acabar éso. No temais los béticos, que hoy se ofenderán otros. Otros que tras el ridículo de ayer deberían ya estar ofendidos. Otros que deberían de haber revivido ayer las sensaciones del Sevilla Fútbol Club rácano y mediocre de Parma. Un Sevilla Fútbol Club que no debería volver.
.
Reeducar. Siempre desde la buana voluntad, buscando el máximo beneficio para la comunidad. 25 años de socio de mi SEVILLA FÚTBOL CLUB cumplí por la Gracia de mi Tía. 25 años cumplí en su día. Hace ya unos años. 25 años inimterrumpidos cumpliendo el ritual. 25 años que ya son más de 30. Más de 30 años desde que mi Tía me hizo aquella foto para el carnet de socio. Más de 30 años desde la primera vez que entré en aquella casa de la Calle Harinas. Por eso, el viernes pasado acompañé a mi Tía a la recepción que el Club ofrecía a los socios con más de 25 años de antigüedad. Lo llamaron Fieles de Nervión.
.
Fieles de Nervión, que nombre más bonito. Fieles a su S.F.C., las siglas que más he garabateado en toda mi vida. Y fue allí, en los bajos de la grada de Fondo, donde presencié una sesión de Reeducación en toda regla. Sí señor. Porque eso es lo que hizo el Sr. Del Nido con los socios allí presentes. Con buena intención, seguro. A SEÑORES. Porque la media de edad de los asistentes al evento rozaba los 60 años. Media desvirtuada por algunos jóvenes afortunados, y mejorada por señores de más de 70 años.
.
Que se intente Reeducar a la comunidad para el bien común es loable. Pero con qué derecho se Reeduca a señores de 60 ó 70 años, Señores que han visto tanto, allá por Nervión. Fácil, con el derecho que se arrogan los dictadores, siempre por el bien de la comunidad.

.
Pues amigo, tu sigue intentando Reeducarnos. Algunos, muchos, caeran. Yo continuaré comportándome como me enseñaron. Porque, que no se te olvide nunca, es consustancial con ser SEVILLISTA, el saber ver; opinar; agradecer; reclamar; no olvidar; no dejarnos embaucar; subir a los altares a muy pocos; estar con los nuestros; defender el dogma de nuestra grandeza; ser libre; no seguir a nadie; seguir a dos colores, el rojo y el blanco. Ésta es la personalidad del Sevillista. Nuestra forma de ser. Lo que nos distingue. Nuestro Orgullo. No lo mancilles.

martes, 16 de diciembre de 2008

WERTHERS ORIGINAL

Allí quedó aquel número de la Guardia Civil, cuadrado ante nadie, con su tricornio y su capa, con su fusil al hombro y su brazo marcando el saludo preceptivo a la altura del corazón, inmóvil bajo aquella lluvia torrencial que hacía honor a la fama de la Sierra gaditana de Grazalema.
.
Todo había comenzado unos minutos antes, a altas horas de la noche, porque las 8 de la tarde ya era muy tarde en aquel otoño de la serranía. Demasiado tarde para conducir bajo esa tormenta por aquella carretera comarcal de los años 40, tortuosa y sin señalizar.
.
"¿De dónde ha salido ese camión, a estas horas y con la que está cayendo?", comentó con suspicacia el cabo primero de la pareja de la Benemérita.
.
El pequeño y torpe limpiaparabrisas de aquel camión, con sus bruscos movimientos apenas podía evacuar el agua que lo anegaba todo. El trayecto se hacía interminable. Torrentes de agua cubrían aquella serpiente huérfana de asfalto, convirtiéndo la conducción en puro equilibrio. Nada se veía con la tímida luz amarillenta de los faros. Un frenazo cortó súbitamente la distendida conversación que se desarrollaba en el interior de aquella fría cabina. Dos figuras fantasmales se habían cruzado en la carretera.
.
"¿Qué pasa chaval?" preguntó el copiloto con la autoridad que le confería su rango.
.
"No lo sé mi Teniente Coronel. Es la Guardia Civil, nos ha dado el alto".
.
"Sí muy bien, pero que coño quieren. Lo que sea rápido que vamos tarde"- aseveró el superior.
.
En aquel instante la luz de la linterna se coló por la ventanilla del conductor enfocando diréctamente ambos rostros.
.
"Quita esa puta linterna. ¿Qué carajo quieres?"- gritó molesto el Teniente Coronel.
.
Ver las 16 puntas repartidas entre aquellas impresionantes dos estrellas y escuchar aquel grito , todo en un segundo, fue demasiado para el cabo primero de la Guardia Civil. El saludo fue inmediato. Y la disculpa temerosa no tardó en llegar. - "A la orden de usía mi Teniente Coronel, es que ....., no sabíamos que usted, ......, usía ....." balbuceó entre el miedo que un Teniente Coronel podía provocar en la España de los 40.
.
"Bueno, quiere usted algo o podemos seguir"- insistió el militar.
.
"No, no mi Teniente Coronel, disculpe. A la orden de usía siempre mi Teniente Coronel." El taconazo de aquella pareja del por entonces militarizado cuerpo sonó con fuerza en la playa en que se había convertido la carretera.
.
Los guardias civiles se miraron, suspirando por el alivio de verse librados de aquel embarazoso encuentro. Pero ¿por qué se vuelven a parar? pensaron asustados.
.
Mientras tanto, en el camión, el copiloto le preguntaba al conductor "muchacho ¿y el "cardogallina" que te acabo de dar? ¿ya te lo has fumao?". Cardogallina, había alguna forma más buena de llamar a los cigarrillos más apreciados del momento.
.
"No mi teniente coronel, es que con el susto y el frenazo se me ha caído. Está aquí abajo, ya lo cojo" - respondió el soldado con la confianza que aquella noche y sólo por aquella noche le otorgaría su señoría.
.
"Qué vas a coger ni coger coño, toma otro. Será por cigarros"- concluyó el superior.
.
No podía pasar desapercibido para el cabo primero de la pareja la escena que con sorpresa iba a presenciar. El Teniente Coronel enciende un mechero y le da fuego al conductor. Aquello era imposible. Que un soldado raso se atreviése a fumar delante de un suboficial era raro; que lo hiciese delande de un oficial, insólito; pero delante de un Teniente Coronel, era imposible. Y además el propio Teniente Coronel le estaba dando fuego. Aquello no podía ser otra cosa que una farsa. Allí estaba pasando algo. ¿Qué estaría detrás de todo aquello? pensó el guardia civil.
.
Presuroso se dirigió de nuevo hacia la ventana del supuesto Teniente Coronel, al mismo tiempo que montaba el fusil dispuesto a llegar hasta el final. "Alto, tor mundo abajo ahora mismo, a ver que coño pasa aquí".
.
Cuando el Teniente Coronel se vió encañonado por aquel número, en su propio bigote, el asombro se convirtió en miedo y el miedo en ira, todo en un instante, al tiempo que gritaba "Pero que haces desgraciao, quita eso de aquí. Me cago en .....".
.
"A ver la documentación", insistió con autoridad el curtido guardia.
.
En ese preciso instante, de la parte trasera del camión asoman la cabeza un comantante, un capitán y un teniente. "¿Pero que pasa otra vez con éste tío, coño?" pregunta el comandante. "O lo arresta usted o lo hago yo mi Teniente Coronel". Militares y guardias civiles, dos cuñas del mismo madero en la España de la postguerra.
.
La mirada del Guardia Civil de menor rango se movía nerviosa entre el Teniente Coronel, el Comandante y su cabo primero. "Mi primero, que son los de las maniobras".
Justificar a ambos lados.
"Vámonos soldado" gritó el Comandante. Mientras el Teniente Coronel no le quitaba ojo al cabo primero de la Guardia Civil. "Sigue, que no vamos a llegar nunca a Jerez, y como el Teniente Coronel se pierda la fiesta flamenca vamos a volver por éstos dos y le vamos a meter un puro que no se van a olvidar de nosostos en su vía".
.
Qué sucedió aquella noche en Jerez no puedo contarlo por desconocerlo, pero algo dentro de mí me hace pensar que fue memorable, porque el señor que me contó esta historia, al ser preguntado por ello, simplemente sonrió y miró con timidez a la mujer de su vida, como el abuelo del anuncio de Werthers Original.

lunes, 8 de diciembre de 2008

EL PRIMER BESO

Esta es la historia de amor más grande contada en este mediocre. Dicen que se crió en el seno de una familia humilde pero orgullosa de sus raíces. Flamenca por las dos sangres, más gitana por la de Él que por la de Ella. Gitano antiguo de la Macarena.
.
Así creció el niño, entre quejíos y requiebros. Así, aprendió a amar a unos "Ojos Verdes"; a luchar como aquel que "era tan poco en la vía, tan poco que nada era"; a enamorarse de una niña "picadita de viruela"; a aprender que muchas veces, aunque se ame no se es amado, como le ocurrió a una mujer a la que el hombre de su corazón sólo la llamaba Madrina; a comprender que a veces "la vereíta verde madre, no cría yerba" para al poco tiempo estar "cuajá de yerba, cuajá de yerba"; que muchos nunca debieron escuchar un pasodoble y probar vino español "allá en tierra extraña"; que los republicanos también eran españoles, como canta Vallejo "¡al grito de Viva España!"; que jamás habrá "besos que sean más dulces, que los besos de una mare"; que la boda más grande fué y será siempre la "de Luis Alonso", cuando Luis Alonso era Antonio "El Bailarín"; que muy cerquita de su Plaza de los Carros enseñaba su arte Enrique el Cojo; que a la Alameda iba Ella, aquella niña tan canija a aprender de Realito; que cuando se está alegre se canta, para sin saberlo llorar cantando.
.
Aquel niño creció con ese pequeño magnetofón que le enseñaba cosas sobre la vida. Su vida. Una vida en la que jamás se separaría de aquella que tiene nombre de mujer. Aquella que para él siempre será morana de ojos verdes. Aquella con la que sonreía. Aquella con la que lloraba. Aquella que podía ser toda pasión y toda dulzura. Toda la vida enamorado de alguien de quien sólo había escuchado hablar.
.
Por eso la fue buscando. Se fue acercando. Preguntó sobre ella. Aprendió, día a día, a entender su carácter cambiante. La necesitaba cada día. No podía vivir sin ella. Es lo que les suele pasar a los enamorados. La sentía suya, aunque ella no le conociese.
.
Pero un día se le rompió el corazón. Aquel día sintió que le era infiel. Ese día la vió más cerca que nunca. Casi pudo mirarla a los ojos, oler su pelo. Pero no pudo hablarle, porque ella coqueteaba con otros. Aquellos que jamás podrían amarla más que él, podían acercarse a ella, la acariciaban, la hacían bailar con su elegancia de siempre. "¿Por qué ellos pueden y yo no?" - pensó preso de los celos. Entonces ocurrió. Sintió cómo por primera vez aquellos ojos verdes de morena que siempre había soñado lo buscaron. Aquella mujer se acercó a él y con una nota le dijo entre susurros, "tú también puedes, porque soy tuya, como lo fui de tantos otros y lo seré por siempre. Estaré siempre junto a tí. Te acuné de niño y te acunaré por siempre. Siempre estaré contigo, aun cuando creas que no me necesites. Pero si quieres besarme, tendrás que atreverte a dar el primer beso, porque tengo prohibido hacerlo yo". Y sin más, aquella nota se fue dilullendo, dejando la fragancia de su pelo de azabache por toda la estancia.
.
Aquella noche, su último pensamiento fue para ella. Pronto bailaría de su mano. De su corazón y su alma muy pronto brotarían notas que le permitirían acariciarla con la llema de sus dedos y besarla en los más suaves de los labios. Aquella a la que siempre había amado y siempre había llevado en el corazón, ya no sólo llegaría a él con su elegante baile de cadencias, algún día no muy lejano saldría de él, porque el amor, dicen, todo lo puede. Porque aquel niño, que tan cerca y tan lejos había estado siempre de ella, hacía muchos años que, sin saberlo, lo había decidido, había decidido que esa llama nunca se apagaría, y ahora, sería uno de los elegidos para mantenerla con vida.
.