Una ciudad, un rio, dos orillas.
Una orilla, la de oriente. La de la gran ciudad. La de la capital del universo. La más amada. La de los grandes templos. La monumental. La que le da el nombre a la ciudad. La del bullicio de la civilización.
La otra orilla, la de poniente, la otra parte de la ciudad, la que precede a las tierras altas, en la que se para el tiempo, la que cobija a los más grandes artistas. La cuna de la belleza. La que es capaz de elevar cualquier arte. La que convierte lo más cotidiano en algo sublime.
Dos orillas y un valle, donde viven para la eternidad todas las reinas. Mujeres con las que se vive, a las que se ama, se sueña, se añora, se espera, se reza. Mujeres, Reinas y Diosas.
Híspalis y Tebas. Luxor y Sevilla. Dos ciudades gemelas con sus Valles de las Reinas. Verdad?
2 comentarios:
Nunca había caído en esa comparación. El valle del Guadalquivir ha sido reina de todas las culturas...
Los milagros se suelen dar a la orilla de los ríos. Nilo y Guadalquivir. Dos pasiones. Para mi los rios más importantes del universo. Claro está con el permiso de nuestro amigo historiador Calle Feria.
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