lunes, 21 de mayo de 2007

¿DÓNDE ESTABAS AFICIÓN DE EINDHOVEN?



Unos dicen que la gente estaba muy cansada. Que llevaban tirados en la calle desde las seis de la mañana. ¿Y en Eindhoven no?

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Otros dicen que la gente estaba mojada y que hacía mucho frío. ¿Qué mejor forma de calentarse las manos que quedándote clavado en tu asiento, verdad?

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Algunos dicen que el estadio, tan abierto, no ayudaba a que el público se conectara con el partido. Esto es lo más gracioso, que partido miarma, una final.

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Y lo mejor, los que dicen que "claro, es que como la primera no va a ser ninguna". Quizás los que opinan esto es que ya se sienten saciados de títulos. Quizás los que dicen esto se sienten tan grandes que piensan que todos los años vamos a jugar una final. Quizás los que piensan esto no se paran a imaginar por una vez la cantidad de gente que se hubiese alegrado hasta la inmensidad si hubiésemos perdido.

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Pero lo más indignante es que personas que se consideran sevillistas, que gracioso, van por ahí diciendo que claro, es que en Eindhoven, como el equipo jugaba mejor, pues la gente animó más. Yo no se quién se encargó de inculcarle el amor por el futbol a estos personajes, peso si algo tienen que saber es que por animar se entiende alentar a tu equipo cuando más falta le hace, porque cuando un equipo va como el viento, no le hace falta nadie que le empuje.

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Y yo, un gordo borracho, estaba en el punto justo para perder las formas, y lo que es más importante, para darse cuenta de lo que estaba pasando en el cesped y en la grada.

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Un Espanyol que dominada en el partido, un Espanyol que nos cosía por la banda derecha, y una afición blanquiazul que nos estaba dando un baño en la grada. Claro es que ellos si tenían hambre de titulo.

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¿Qué se supone que debieron de pensar los futbolistas del Sevilla F.C. cuando, sin el control del partido, escuchaban más a la afición rival?

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Pero claro, en una jugada aislada, a la salida de un corner, Palop se inventa un contragolpe y Adriano después de soltar la moto marca por el segundo palo. Y ahora si, ahora la afición era un clamor. Vamos lo normal, lo que suele pasar.

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Pero el futbol le siguió dando chance al Espanyol y en una internada de Riera por la A-D, es decir la autopista derecha en que el Sevilla F.C. convirtió la banda, llegó el empate a uno. El empate a uno y la vergüenza más absoluta. Estamos jugándonos una Final Europea y la grada no reacciona. La grada no grita Sevilla, Sevilla, Sevilla, ...., para demostrarle al equipo que no estaba sólo.

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Entonces el gordo borracho no pudo más y bajó. Bajó al fango. Bajó allí donde estaba su gente, la que siempre había sido, es y será su gente. Allí donde siempre estará su corazón por más que vea el futbol todos los domingos en Fondo. Allí donde aprendió a llorar con las victorias y con las derrotas. Allí donde vió como nos eliminada el Torpedo de Moscú. Allí donde vió el Gol de Breitner. Allí donde vió a Maradona comerse una naranja que le habían tirado. Allí donde vió el Gol del croata, después de que viniera a salvarnos una vez más. Allí por donde sólo se accede a traves de una puerta, de nuestra puerta, la que hoy llaman GATE 22. Allí donde aprendió que cuando el Sevilla F.C. juega no se le pita, que para eso está el descanso y el final. Allí donde aprendió que por él todo vale, que las manos se relajan, que las garantas se reponen, que el dolor de cabeza pasa, que el frío se acaba, pero que los partidos, los partidos que se pierden nunca vuelven.

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Y fue entre su gente, cuando vió la desilusión de chavales que no entendían como se estabán partiendo el alma animando y el resto de la grada se quedaba sentada en el sillón de su casa cuando más lo necesitaba el equipo, porque que nadie se engañe, el Sevilla F.C. en aquel momento estaba perdiendo la Final de la UEFA. Qué sevillista aquel que dijo "yo, para ver el futbol de pie, me quedo en mi casa". Qué habría sido del Liverpool con gente como tu, miarma.

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Entonces el gordo borracho recordó aquella arenga que aprendió de chico, aquella que te inflamaba el corazón cuando no se podía más, aquella que te llenaba de orgullo y que te hacía entender que cuando tu descansabas para respirar, los compañeros seguirían cantando por tí y por tu equipo. "Vamos arriba Señores que somos Biris". Porque que a nadie se le olvide, el que fue Biri, siempre lo sentirá igual, y aunque la edad lo cambie de asiento, su corazón siempre estará allí donde están los suyos.

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Y la suerte nos acompañó, y la final se ganó, y cuando todo el mundo se abrazaba celebrando la victoria, allí abajo, los abrazos tenían un segundo sentido: la gente se daba la enhorabuena por el trabajo realizado, por la misión cumplida, por haber estado con su equipo los 126 minutos, por la ayuda de los chavales del Celtic que rezaban con nosotros, por la última batalla ganada que nos llevó a la gloria.

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Yo entiendo que todo el mundo no puede animar del mismo modo, porque no todo el mundo siente lo mismo por más que nos llamemos todos sevillistas. Yo entiendo que la gente es mayorcita y que un gordo borracho no le tiene que decir lo que debe hacer. Pero lo que nunca entenderé es que la gente no sea consciente que las finales sólo se juegan una vez, que todo el esfuerzo para llegar a ella no sirve de nada si no se gana, que sólo le tienen que dar al equipo todo su corazón y su alma durante 126 minutos más. Y si alguien sigue sin entender esto, que se meta en Youtube y que vea las caritas de los aficionados y jugadores del Espanyol. Porque ganar una final es muy bonito, pero perderla debe ser una espina tan grande que jamás se puede sacar. Pero para ello hay frases como "no le pidas peras al olmo", "de donde no hay no se puede sacar", "es que hay que mamarlo desde chiquitito", ...........

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Y si alguien sigue sin entender y piensa ir de señorito a la próxima final que juegue su equipo, sea cual sea, que no valla, que se quede en casita, o que vuele con la Lufthansa o la British Airways y se saque la entrada en un palco VIP. O mejor aún que DIOS le de pan a aquel que sí tiene hambre de ver ganar una final a su equipo. A aquellos que desde casa se partieron el alma animando y no puedieron estar en Glasgow. Pero qué se le va a hacer, ni están todos los que son, ni son todos los que están.

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El gordo borracho y pesado termina pensando: "Si para ver a su equipo ganar una final tuviese que ir la gente andando, seguro que los que llegarían no se quedaban sentados viendo como pierdes el partido, que no se llama partido, que se llama FINAL".

2 comentarios:

Les Corts dijo...

Seguramente esta sea la entrada que me hubiese gustado escribir a mí (el alumno supera al maestro), y eso que tu, por la zona donde estabas, no pudiste ver ni padecer lo que yo viví y sufrí: la gente del Celtic que había a mi derecha, eran los que levantaban para animar a todos los "comepipas" que me rodeaban.

No obstante, yo habría acabado hablando del grito final; en ese momento si, a la hora de gritar "Español, Español!!" todos chillaban mucho. A su equipo no, al contrario, es que son muy deportivos ellos. Pues lo siento, pero ni grité Osasuna, Osasuna en la semifinal, ni Español, Español en la final. Mi garganta es para animar a mi equipo (y si acaso para chillarle a Caparrós cuando viene).

De todas formas, hay algo que esos aficionados que no animaban jamás podrán sentir: el inmenso y secreto placer de que el viernes (dos días después) aun te pregunte la gente por la calle que que te pasa en la garganta...

Un besito.

nefer dijo...

Amiguísimo calleferia, cuando un compañero de antiguas batallas llamado JÉSU - si hombre con tilde en la E - me llama el viernes 18 por la mañana, desde la clandestinidad de un despacho de su trabajo, hablamos durante 25 minutos y terminamos la conversación llorando como Magdalenas, entonces me reafirmo más si cabe en mi sentimiento.
Que si, que la gente es libre de hacer lo que quiera, pero a mí, TI RIPITO - como dice Maresca - A MÍ NO SE ME HA QUEDÓ NINGUNA ESPINITA DENTRO, PORQUE YO SI QUE LO DI TODO. Por esto nosotros no necesitamos justificarnos, mientras otros no paran de hacerlo con gracietas incluidas.
Por cierto JÉSU, te acuerdas de ese agosto del 95 en la concentración del Sevilla. ¿Cómo se llamaba el hotel Sancti Petri? ¿y sentados en los vomitorios de preferencia esperando la noticia?
¿y manteando al pocholo? ¿y los bomberos echandonos agua en el puente?
BESITOS PARA TODOS.