En este Valle de las Reinas hay unos subditos conocidos como capataces, cuya labor es llevar a las Reinas allá donde ordenen sus apretadas agendas .
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Hace unos días, a uno de estos capataces, conocido por sus "enormes" ganas de trabajar, no en vano tiene entregado su currículum a los chambelanes de todos los Reinos de este Valle, le ocurrió esto que vuestro humilde mensajero comienza a relatarle, confíe en mi, que no exagero.
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Cuentan las lenguas amigas que este capataz, llamémosle "Capataz Postulante", para reconocerlo mejor, se encontraba en un negocio de su propiedad, departiendo distendidamente con unos amigos, de su propiedad también. Espere que me explico, al decir de su propiedad quiero referirme a que son aquellos que le ayuan a llevar a La Reina allá donde la agenda dicte, también conocidos como "sus costaleros", no de usted sino de él, de "D. Capataz Postulante".
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La conversación dicen que fué muy parecida a la que sigue:
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Capataz Postulante:
- Señores, ya está hecho, me lo acaban de confirmar, el año que viene podemos llevar a la Reina de este Reino cercano allá donde ella nos diga.
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Sus Costaleros:
- Pero, ¿Ya es seguro?
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Capataz Postulante:
- Que sí hombre, que los Consejeros de este Reino vecino, (también conocidos como Junta de Gobierno) me han asegurado que para la Reina vamos a trabajar seguro, vosotros si lo deseáis también, siendo yo el capataz claro está. Así que la Reina seguro, y de trabajar para su hijo, El Rey, pues casi que también podemos estar seguros.
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Sus Costaleros:
- Pues tu ya sabes que puedes contar con nosotros para lo que quieras. ¡¡¡Vaya pelotazo!!!
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En estos momentos entra en escena dirigiéndose al "Capataz Postulante" un "Subdito" (también conocido como hermano de la hermandad) del Reino vecino, que se encontraba presente en aquel lugar y en aquel momento.
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Subdito:
- Disculpe, es que soy subdito del Reino del que usted está hablando y no he podido evitar escuchar la conversación. ¿Me permite hacerle una pregunta?
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Capataz Postulante:
- Si hombre, por supuesto, - respondió con su corrección "natural".
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Subdito:
- Entonces, ¿es seguro que va a ser usted el próximo Capataz de Mi Reina?
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Capataz Postulante:
- En efecto, casi con total seguridad, de su Reina y muy probablemente de su Rey - respondió con orgullo.
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Súbdito:
- Lo que ocurre, es que, el actual Capataz soy yo. Le importaría avisarme cuando se lo confirmen definitivamente, haga usted el favor, sobre todo por aquello de no ser el último en enterarme.
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Capataz Postulante:
- Hombre, en este mundillo ya sabes....., no hay nada seguro al cien por cien, em....., yo no tengo nada contra tí, em....., pero es que la Junta, em....., ya sabes, .....
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Pues sí, aunque parezca increíble, este esperpento le ha ocurrido al Sr. "Capataz Postulante", que cegado por su avidez de trabajo y de notoriedad, no sabe medir bien ni los lugares ni los tiempos, lo que en un futuro no muy lejano posiblemente le acarree de nuevo alguna que otra situación embarazosa, como ésta que le acabo de mencionar.
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Nota del autor:
Si el lector es iniciado en el mundo de capataces y costaleros, y encuentra cualquier parecido entre este "Capataz Postulante" y un personaje real que conozca, seguro que no es casualidad, seguro, ES ÉL. ¿Quién sino podría autoproclamarse sin el más mínimo pudor como el "futuro capataz" de esta, y de esta, y de aquella, y de esta otra, de la de allí, de la de aquí, de la de más allá, de la de más acá, .....?.