Hola, soy una cámara digital, de esas que además de hacer fotos sin carrete podemos hacer vídeos. Parte de mi familia vive en un móvil, pero yo aún sigo llamandome cámara, digital pero cámara. Quiero aprovechar que he poseído al pringao que escribe normalmente en este blog para pediros disculpas públicamente.
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Pido disculpas, aunque qué culpita tiene una de que su dueño sea gilipollas. Me explico. Las cámaras de toda la vida de Dios se utilizaban en ocasiones especiales, cumpleaños, bodas, bautizos, vacaciones,....., y sólo unos pocos locos de la fotografía cargaban con la cámara a todos lados. Y llegada la Semana Santa eran estos locos los que gastaban su esfuerzo y su dinero en hacer y revelar sus fotos, fotos que veíamos en un cartel o en proyecciones de diapositivas, o con mucha suerte en sus colecciones particulares.
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Por desgracia la cosa ha cambiado. Ahora cualquier pringao tiene una cámara digital o un móvil con cámara. Somos baratas. No pesamos. No gastamos nada. Nos enchufan a una pared y nos dejan listas para trabajar. Se jartan de hacer fotitos con nosotras sin que les cueste un céntimo. Que no les gustan, las borran. Que les gustan, las pasan a un disco duro para probablemente olvidarse de que existen.
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Y claro, dale a un gilipollas una cámara, y como hacer fotos no cuesta dinero, pues toma que toma, fotitos a tó lo que se mueva, que además nuestro flash es contagioso, hace un nota una foto y ya está to er personal de alrededor preparandose para desenfundar. El problema viene cuando lo que se está moviendo es La Amargura en San Juan de la Palma, o La Bofetá entrando en San Lorenzo, o el Gran Poder en el Molviedro, ..... Todo está tranquilo. El río de capirotes fluye con lentitud, aparecen los ciriales y todo se convierte en la tormenta del desierto, fogonazos por to los laos.
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Por esto, desde aquí pido disculpas si algún gilipollas, usándome a mí o alguna de mis primas, te ha jodido un momentazo como éste