lunes, 8 de diciembre de 2008

EL PRIMER BESO

Esta es la historia de amor más grande contada en este mediocre. Dicen que se crió en el seno de una familia humilde pero orgullosa de sus raíces. Flamenca por las dos sangres, más gitana por la de Él que por la de Ella. Gitano antiguo de la Macarena.
.
Así creció el niño, entre quejíos y requiebros. Así, aprendió a amar a unos "Ojos Verdes"; a luchar como aquel que "era tan poco en la vía, tan poco que nada era"; a enamorarse de una niña "picadita de viruela"; a aprender que muchas veces, aunque se ame no se es amado, como le ocurrió a una mujer a la que el hombre de su corazón sólo la llamaba Madrina; a comprender que a veces "la vereíta verde madre, no cría yerba" para al poco tiempo estar "cuajá de yerba, cuajá de yerba"; que muchos nunca debieron escuchar un pasodoble y probar vino español "allá en tierra extraña"; que los republicanos también eran españoles, como canta Vallejo "¡al grito de Viva España!"; que jamás habrá "besos que sean más dulces, que los besos de una mare"; que la boda más grande fué y será siempre la "de Luis Alonso", cuando Luis Alonso era Antonio "El Bailarín"; que muy cerquita de su Plaza de los Carros enseñaba su arte Enrique el Cojo; que a la Alameda iba Ella, aquella niña tan canija a aprender de Realito; que cuando se está alegre se canta, para sin saberlo llorar cantando.
.
Aquel niño creció con ese pequeño magnetofón que le enseñaba cosas sobre la vida. Su vida. Una vida en la que jamás se separaría de aquella que tiene nombre de mujer. Aquella que para él siempre será morana de ojos verdes. Aquella con la que sonreía. Aquella con la que lloraba. Aquella que podía ser toda pasión y toda dulzura. Toda la vida enamorado de alguien de quien sólo había escuchado hablar.
.
Por eso la fue buscando. Se fue acercando. Preguntó sobre ella. Aprendió, día a día, a entender su carácter cambiante. La necesitaba cada día. No podía vivir sin ella. Es lo que les suele pasar a los enamorados. La sentía suya, aunque ella no le conociese.
.
Pero un día se le rompió el corazón. Aquel día sintió que le era infiel. Ese día la vió más cerca que nunca. Casi pudo mirarla a los ojos, oler su pelo. Pero no pudo hablarle, porque ella coqueteaba con otros. Aquellos que jamás podrían amarla más que él, podían acercarse a ella, la acariciaban, la hacían bailar con su elegancia de siempre. "¿Por qué ellos pueden y yo no?" - pensó preso de los celos. Entonces ocurrió. Sintió cómo por primera vez aquellos ojos verdes de morena que siempre había soñado lo buscaron. Aquella mujer se acercó a él y con una nota le dijo entre susurros, "tú también puedes, porque soy tuya, como lo fui de tantos otros y lo seré por siempre. Estaré siempre junto a tí. Te acuné de niño y te acunaré por siempre. Siempre estaré contigo, aun cuando creas que no me necesites. Pero si quieres besarme, tendrás que atreverte a dar el primer beso, porque tengo prohibido hacerlo yo". Y sin más, aquella nota se fue dilullendo, dejando la fragancia de su pelo de azabache por toda la estancia.
.
Aquella noche, su último pensamiento fue para ella. Pronto bailaría de su mano. De su corazón y su alma muy pronto brotarían notas que le permitirían acariciarla con la llema de sus dedos y besarla en los más suaves de los labios. Aquella a la que siempre había amado y siempre había llevado en el corazón, ya no sólo llegaría a él con su elegante baile de cadencias, algún día no muy lejano saldría de él, porque el amor, dicen, todo lo puede. Porque aquel niño, que tan cerca y tan lejos había estado siempre de ella, hacía muchos años que, sin saberlo, lo había decidido, había decidido que esa llama nunca se apagaría, y ahora, sería uno de los elegidos para mantenerla con vida.
.

13 comentarios:

J.A.S. dijo...

Las primeras veces, en todo, siempre son emocionantes por lo anheladas. Después, la costumbre, la rutina, nos hacen olvidar la importancia de las cosas que hacemos, de sentirnos elegidos para mantener encendidas determinadas llamas, pero al parar a contemplarlas se activa esa necesidad de supervivencia y la propia capacidad de sorprendernos.

Muy Fino Nefer.

Un Beso.

nefer dijo...

FINO, en sentido figurado creo. Gracias.

Pd.Aunque ayer ya pasé más hambre que un caracó en un espejo.

1BESO.

Reyes dijo...

¡las primeras veces! ¡ay...!

Muy bonito, Nefer, muy del alma.

el aguaó dijo...

Amigo Nefer, una vez más, de categoría sublime. Me quito el sombrero ante vuesa merced.

Esa llama, es la que siempre hay que mantener. Cuando creamos que la vida se calca con el papel de la rutina, tenemos que remontarnos esa primera vez... a esas primeras veces, cuando las cosquillas del estómago asoman y los nervios cuentan las horas y los minutos para besar otra vez a la persona amada. Es como volver a encender la llama. Y esto, no hay que olvidarlo.

Un abrazo enorme y un beso amigo mío.

nefer dijo...

Dama mía, los nervios de la primera vez, el tembleque ese que raras veces vuelve, ese pánico, ..... ¿Cómo pudimos superarlo?

1BESO.

nefer dijo...

AGUAÓ, amigo mío, esta amada es, mi otra amada. La que he amado siempre, la que necesito cada día y de la que llevo años huyendo. Y ya ha llegado la hora de darle el primer beso. Pero cuando escucho esta maravilla, reboso del pánico del mediocre.

1BESO.

Trianeando dijo...

Gracias por tener la llama de la Felicidad siempre encendida con la amistad que rebosas Amigo.
Gracias.
Un Beso.

Anónimo dijo...

Esa primera vez con Ella se te queda grabada para toda la vida.

nefer dijo...

Gordito la nobleza de rebosa por los poros de la piel, qué mejor recompensa se puede pedir de un amigo.

1BESO.

nefer dijo...

GLAUQUITA, lo he decidido, te lo explico en un E-mail.

1BESO.

Anónimo dijo...

Querido Nefer.

Has conseguido que aun sintiendo siempre su Belleza, no olvide la Grandeza de la Música en un dia triste y lluvioso.

Me alegro de corazón, amigo, de corazón.

Un abrazo.

Fdo. Glauquita

nefer dijo...

Me alegro, espero que sea para bien.

1BESO.

Anónimo dijo...

Simplemente Inocencia...

Ciao