Los príncipes visten de azul. Ésto nos han ensañado los cuentos, que visten de azul y que con un beso pueden acabar con cualquier sortilegio y devolver la belleza que nunca se debió perder. Ahora os voy a contar un cuento, de esos con final feliz, donde el príncipe es un ogro y donde el beso que nunca existió fue un gruñido que, lejos de deshacer un hechizo, sin saberlo originó el más bello sortilegio que se podía crear.
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Érase una vez una princesa de un reino pequeño y humilde, pero bellísimo y lleno de súbditos fieles y agradecidos.
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Todas las mañanas la joven princesa recogía su pelo con dos trenzas para visitar a sus súbditos, a todos y cada uno de sus súbditos, para dar y recibir regalos, para enseñarles y aprender de ellos. A veces recorría lejanos reinos y volvía con bellísimas historias que contar, con sus alforjas llenas de imágenes, música y poesía. Todo su pueblo la quería y se sentía orgulloso de su princesa, y ella, para no defraudarles, cada noche preparaba algo que mostrar a sus amigos la mañana siguiente, quienes curiosos no dejaban de visitarla para recibir sus regalos.
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Pero una mañana la Bruja Envidia envió a uno de sus ogros para acabar con la princesa. El Ogro no soportaba que una pequeña princesa de un pequeño reino fuese tan querida por su gente, y en cambio él, siendo tan "erudito", sólo tuviera la compañía de su señora Bruja, la Envidia. Así fue como el Ogro, empujado por la Bruja, ideó un malvado plan para acabar con el cariño hacia la princesa, sólo tendría que mancharla, sólo tendría que contar a sus súbditos que la princesa era una impostora, que les mentía cada mañana, que robaba los regalos que luego les ofrecía.
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La princesa, con el corazón roto, cayó en un llanto eterno y se encerró en el desván de su castillo sin dejar que su luz atravesara las pesadas cortinas. La princesa no lloraba por ella, sino por sus súbditos. Ella, empujada por la injusticia del Ogro, pensaba que los había defraudado y decidió nunca más volver a recibirlos ni a visitarlos, evitando así la vergüenza que sentiría al mirarlos a los ojos. La inocencia de la pequeña princesa había sido machacaba por la envidia de un Ogro que no pensaba dejar de humillarla, con la idea de mantenerla para siempre sumida en la tristeza de la injusticia.
11 comentarios:
Gracias a nosotros no, gracias a TÍ.
1BESO.
Amigo nefer te acabas de salir, increíble...
Ciao
Preciosa historia. Felicidades. Espero que la sirena regrese pronto, pues aprendí mucho de música siguiendola.
En cuanto a los ogros y príncipes azules, decir que existen más de los que debieran, y que ni unos son tan fieros, ni los otros tan azules, es más, en ocasiones destiñen.
Un Abrazo.
Ibrahím.
Que potito, que potito .......
Yo prefiero ser la rana VERDE.
P.D; -Por el color ??
-Po jí, por er color y porque ají me llevo er beso.
Besos a granel!!!!
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GRACIAS.
1BESO.
Querido Nefer, hay mucho amor en este despertar.
Un beso
Un abrazo Amigo Poeta.
1BESO.
Amigo Nefer, has conseguido emocionarme. Acabo de asistir a uno de los gestos más bellos de la Red.
Amigo Nefer, tu gesto te honra, tus letras te ensalzan y tu regalo nos hace a todos más conscientes de tesoro que tenemos porque, aunque ella no lo sepa, es un tesoro.
Enhorabuena y felicidades amigo. Bellísima entrada.
Un fortísimo beso, de todo corazón, de tu amigo Ramsés.
Esto es una gota de agua en el inmenso océano de agua fresca que tu nos regalas AMIGO.
1BESO.
Bello blog, felicitaciones!!!!
¡¡¡¡Viva la poesia!!!!
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